El enduro es la especialidad más completa del motociclismo, exige velocidad, resistencia y técnica, es un compendio del arte de montar en moto y, además, el enduro es el deporte motociclista que más evoluciones ha experimentado en su historia.
Puede que el enduro sea la especialidad motociclista que ha sufrido más transformaciones a lo largo de su vasta historia. Empezó prácticamente sobre las mismas bases del trial, y posteriormente tomó forma bajo la fórmula de la regularidad. Pero cuando las sendas de herradura pasaron a ser carreteras, las abandonó para adentrarse definitivamente en los caminos.
Los comienzos del enduro en el pasado, el enduro era conocido como Todo Terreno, y antes que eso como regularidad, y en los albores de este deporte su práctica se confundía con el trial. Como casi todas las actividades deportivas, su origen estuvo en Inglaterra. Los primeros fabricantes de motos vieron necesario realizar adaptaciones de sus vehículos para que pudieran circular por lugares poco accesibles, y así, casi sin darse cuenta, haciendo pruebas de los cambios realizados se inició la especialidad, aunque la primera competición oficial de carácter internacional fuera de una pista con firme tuvo lugar en Francia en 1902.
Cuando en 1904 se creó la Federación Internacional de Clubes Motociclistas (FICM), precursora de la actual Federación Internacional del Motociclismo (FIM), las carreras de todo terreno ya estaban claramente diferenciadas de las de velocidad, aunque en aquellos días no era fácil distinguir entre un camino y una carretera. En 1913 tiene lugar la primera edición de los Internacional Six Days Trial (ISDT), antepasados de los ISDE (Seis Días Internacionales de Enduro), que no alcanzarían esta denominación hasta 1981, cuando la especialidad pasa de denominarse todo terreno a ser conocida como enduro, y los ISDT se convierten en los ISDE.
Esa primera edición de los ISDT tuvo lugar, cómo no, en Gran Bretaña, en la localidad de Carlisle, y se realizó tomando como base una carrera de 1.000 millas de regularidad, formando equipos nacionales de varios pilotos. Básicamente, el terreno por donde circulaba la carrera no era muy diferente a un trial de la época, que ya entonces comenzó a ser relativamente popular, lo que llevó a organizar en 1909 la primera edición de los Seis Días de Escocia de Trial (ISST), que inicialmente fueron cinco… La diferencia entre los ISST y los ISDT estaba precisamente en el factor tiempo, la regularidad, ya que los participantes tenían que cumplir un horario de paso en determinados controles para evitar penalizaciones. La carrera pasaría pronto a ser conocida internacionalmente como los Seis Días.
En los ISDT de 1913 se impuso el equipo británico, formado por dos motos y un sidecar, en el que estaban los hermanos Charlie y Harry Collier, fundadores de Matchless, varias veces ganadores en las primeras ediciones del Tourist Trophy de la Isla de Man. La I Guerra Mundial (1914-1918) interrumpió el desarrollo de la competición hasta 1920, y a partir de ese año la prueba fue desarrollándose por diferentes países europeos, Francia, Suiza, Suecia y Noruega, hasta que en 1924 se produce la primera innovación: además del Trofeo absoluto, se instituye el Vaso de Plata, una clase en la que igualmente participaban equipos nacionales, pero en esta ocasión con motos no fabricadas en su propio país.
La normativa sobre el número de elementos que formaban los equipos fue variando. De las dos motos y el sidecar –o un ciclocoche, si se quería- se pasó a las cuatro motos, hasta que llegada la década de los años treinta se estableció que el equipo del Trofeo tendría seis pilotos, y el del Vaso de Plata, cuatro.
En esos tiempos, la competición en los ISDT se vivió con muchísima tensión. Las ediciones de 1933 a 1936 se disputaron en Alemania, bajo el gobierno de Adolf Hitler. Miles de voluntarios alemanes colaboraron para que su equipo triunfara en la carrera, empleando la prueba como un elemento más de la propaganda nazi que propugnaba su superioridad étnica. La doble victoria británica en Freudenstadt en 1936, imponiéndose en el Trofeo y el Vaso, llevó la carrera al máximo nivel de tensión, pero lo flemáticos británicos supieron templar sus ánimos a pesar de las provocaciones, y el episodio de la entrega de premios se desarrolló sin incidentes.
Tras dos años en Gran Bretaña, la carrera volvería a Alemania en 1939, en un escenario de máximo enfrentamiento político: Hitler había ocupado ya los Sudetes y Checoslovaquia. Los ISDT se disputaron, pero la FICM no aprobó los resultados porque la carrera estuvo plagada de irregularidades. Días después, la invasión de Polonia desata la II Guerra Mundial. Los Seis Días no volverán a disputarse hasta 1947.