Una historia donde la Fe los ha llevado a ser una de las empresas más grandes del motociclismo nacional.
Una bicicleta con llantas anchas escondía lo que hoy sería una de las Moto Tiendas más grandes de Guatemala con participación en Centroamérica, una historia en donde el principal ingrediente es la unión familiar que ha creado que Comercial Villeda se convierta hoy en VRC, la casa de muchos pilotos de renombre.
"Mi padre me regalo una bicicleta que tenía llantas gruesas y entonces yo le llamaba la Moto” cuando yo iba por la Florida, me llamó la atención una moto de verdad que estaba tirada, en ese entonces tenía unos 12 o 13 años, era una Mayco de 1952. Le pregunte a la señora que tenía la moto si me la vendía y me dijo que me la daba en Q20.00, y le dije – se la compro! Y así comenzó la historia.
Recuerdo que como no caminaba, la sacamos en una carreta de albañil, la desarmamos toda con un mi hermano y la pintamos con una bomba de Flit.
Al pasar lo años se da cuenta de su Pasión por las Motos y decide el 1 de mayo de 1973 alquilar un local pequeño por cinco quetzales al mes y es aquí donde nace lo que hoy es VRC; junto al lado de su esposa empieza este sueño que no conoció fronteras, un sueño que ambos compartían. A finales de mayo ya tenían una tienda de repuestos que su esposa administraba. En el año 1977 ya tenían cinco tiendas, él nos comentaba que al principio crecieron con fuerza, siempre fue un hombre decidido con sus cosas.
La tienda abría a las ocho de la mañana y cerraban a las ocho de la noche, de lunes a sábado y domingos medio día.
"Mi hermano vivía cerca del negocio, y cómo era mi hermano mayor llegaba a cerrar mi taller porque ya era tarde, y sólo se iba, yo lo abría y me decía -Es que vos abrís como lechería y cerras como club nocturno y nos reímos ahí los dos, pero pienso que el trabajo duro, el esfuerzo, la dedicación y el enfoque son vitales para el crecimiento de una empresa."
Del año 1980 al 1998 ya le habían cambiado el nombre al negocio y de Repuestos Villeda lo llamaron Comercial Villeda, ya que se convirtió en venta de muebles, televisores, equipos de sonidos, motocicletas entre otras cosas, pero se les complica y del 1998 al 2002 deciden reinventar el negocio, cambiando diseño, nombre y se enfocaron en tres letras VRC.
V de Villeda, R de Racing y C de Centroamérica. Cuando José Villeda habla con sus trabajadores él les dice me encantan los trabajadores de VRC, que tengan Valores sean Responsables y que estén Comprometidos.
José Villeda aconseja a los empresarios a que tengan bien claro su objetivo y su enfoque porque es importante para poder hacer que una empresa tenga éxito.
VRC es una empresa familiar en donde la esposa, Doña América de Villeda es fundadora con él y es un pilar importante dentro la empresa. Negocio en el que sus hijos se han visto involucrados desde muy pequeños “"Karin nace prácticamente vendiendo aceites, desde muy pequeña recuerdo yo que cargaba los aceites y los ponía en el mostrador y le ha apasionado esto de las motos desde pequeña y así a mi otros hijos, ahora uno está en Honduras y en El Salvador” El negocio de expansión ha sido el modelo de franquicias lo cual le ha dado a pequeños inversionistas abrir su propio negocio y crecer en la industria del motociclismo.
Se tiene planificado que en agosto de este año, se franquiciaran las tiendas que son de Costa Rica seguirán las de Nicaragua, además se tiene planificado expandirse a Belice y Panamá.
Actualmente, cuenta con el Team más grande de pilotos que practican el Enduro, Motocross, Trial, Racing; así como ha sido complice del sueño de tener su propio negocio a más de treinta y cinco franquiciados.