El pasado fin de semana fue de Travesía Extrema y esta vez fue con destino a Tecpán, Chimaltenango con una ruta llena de adrenalina, charcos y bonitas sorpresas ya que se estarían entregando bonitos juguetes a los niños durante el trayecto.
Así que fueron convocados en las instalaciones del Restaurante Hacienda La Encantada donde uno a uno los pilotos fueron llegando al lugar colocando sus carritos en la entrada del lugar, siendo invitados a pasar a la mesa de inscripciones donde se tenían en venta algunos artículos de protección y jerseys de Travesía Extrema, así como de UTV Guatemala, también se les fue entregado un brazalete con derecho a desayuno, almuerzo y asistencia técnica.
Sin más se dirigieron a la mesa para disfrutar de un delicioso desayuno típico del lugar. Al finalizar este tiempo se reunieron para escuchar las instrucciones y recomendaciones de ruta por parte del director de Travesía Extrema, quien dirigió algunas palabras de bienvenida y agradecimiento por formar parte de este evento mencionando así a las marcas patrocinadoras como lo son Yamaha, Honda, Can-am y bebidas XS, cerrando este tiempo con una bonita oración a Dios encomendando la ruta a ÉL.
Luego tuvieron un tiempo de cinco minutos para calentar motores y prepararse para la ruta, en la cual al salir de la hacienda se dirigieron por un camino de terracería ubicado a la par de la carretera principal donde más adelante se encontraron con la primera subida la cual les presentó gran dificultad ya que a causa de la lluvia esta no estaba en sus mejores condiciones.
Al superar la subida llegaron a un hermoso camino rodeado de mucha vegetación y maizales donde a lo largo de este tramo pudieron disfrutar de la belleza de nuestra Madre Naturaleza respirando un aire más fresco, hasta nuevamente llegar tocar asfalto pasando por un pequeño pueblo, donde al dejarlo atrás se adentraron de nuevo a terracería donde yacían los primeros grandes charcos de lodo donde los pilotos no esperaban que sus carritos quedaran repletos de este, pero esto no fue inconveniente para disfrutar de la ruta al máximo.
Al dejar este tramo nuevamente salieron al asfalto para reagruparse en un cruce y continuar con la ruta pasando sobre San Antonio de Padua donde el camino era totalmente de adoquinado mientras que a su paso se robaron la admiración de todos, para más adelante volver a terracería donde el polvo fue el principal obstáculo dificultándoles la vista de este.
Más adelante nuevamente disfrutaron de una hermosa vista que los maizales ofrecían en la carretera que los condujo a un bosque para el descenso, el cual fue bastante delicado ya que requirió de bastante técnica gracias a las curvas que pusieron a prueba las habilidades de cada piloto, donde cabe mencionar que se encontraron con 3 pilotos de dos ruedas quienes se encontraban probando sus motocicletas en este lugar.
Al descender se encontraron con el primer río donde no se hicieron esperar y aprovecharon a darse un divertido chapuzón levantando el agua sobre ellos mojándose por completo, así que veamos estas imágenes.
Luego continuaron con la ruta encontrándose bastantes tramos con mucha tierra suelta, piedras y pequeños bosques los cuales fueron parte de este escenario, para más adelante encontrarse con el primer grupo de niños a quienes se le entregó un bonito juguete a cada uno dibujando una bonita sonrisa en sus rostros, siendo este el objetivo principal en la ruta.
Después encontraron un punto para descansar y recargar energías con un pequeño refrigerio y una bebida refrescante mientras admiraban la naturaleza del lugar, luego siguieron con el recorrido donde a su paso fueron encontrándose más niños quienes recibieron su regalo con mucha satisfacción.
Kilómetros más adelante se dirigieron a la carretera principal donde con mucho cuidado cruzaron uno a uno en la Carretera Panamericana hasta llegar al Restaurante Bonanza donde les tenían preparado un sabroso almuerzo que constó de costilla y deliciosas guarniciones acompañado de una rica bebida.
Al terminar el tiempo de almuerzo y convivencia uno de los pilotos tomó un espacio para realizar unas demostraciones en su cuatrimoto robándose la atención de todos en el lugar, al terminar volvieron nuevamente a ruta con dirección al epicentro encontrándose una iglesia en la que había bastantes niños por lo que se hizo una parada para continuar con la entrega de juguetes.
Luego siguieron con el camino de terracería el cual se encontraba bastante transitable y a su paso fueron encontrándose a más niños hasta que tuvieron que hacer una parada ya que los niños rodearon el carrito esperando con mucha alegría un juguete.
Culminando así esta travesía con una excelente ruta que constó de 90 kilómetros aproximadamente y con momentos únicos en cada parada con los niños de las aldeas.