Los desayunos motorizados de ACDC continúan, en esta ocasión se tuvo la presencia de un gran ícono muy reconocido en el mundo del motociclismo y a la vez fundador de la reconocida tienda Motoshop VRC, hablamos de don José Villeda, quien decidió unirse a estos desayunos que van de la mano con la palabra de Dios y así poder compartir su testimonio de vida en la cual todos los presentes fueron testigos del impactante y conmovedor testimonio que compartió mientras disfrutaban de un rico desayuno.
Como ya es de costumbre, los apasionados por las motos se reunieron en la gasolinera Puma del Italiano, saliendo a las 6:30 de la mañana con rumbo hacia la Hacienda Los Volcanes en donde se realizan estas actividades cada 15 días.
El evento dio inicio con la serie “Testimonios que cambian tu vida” y fue el señor Villeda quien se adueñó de las palabras, manifestando lo siguiente: “Les contaré gran parte de mi vida dividida en 3 fragmentos; el primero, antes que llegara a los pies de Cristo; otro en el momento que llegué y finalmente como ha sido mi vida caminando por camino que Dios quiere que uno mismo se conduzca”.
Antes de llegar a los pies de Cristo
Hace 30 años atrás, en el año 1981, yo pasaba de fiesta de fiesta, con una vida desordenada, entregado a los vicios del alcohol, en donde las drogas y las mujeres formaban parte de mi vida.
Yo era un joven lleno de vida, que creía que todo iba bien, tenía un Porche amarillo, desde ese entonces yo era un apasionado por las motos, tenía dos que eran para las competencias. Me gustaba lucirme y notarme en cada competencia, que todos se dieran cuenta que yo estaba ahí. VRC se había fundado en 1973 y para 1981, yo ya había logrado abrir 8 tiendas pequeñas.
En ese entonces nos comenzaba a ir muy bien, yo era muy joven y trabajaba de 8 a 8, iniciaba a importar productos. Un día de la nada, recibí una llamada cuando estaba a punto de cerrar una tienda, y eso que antes era muy raro y extraño recibir llamadas telefónicas, la historia se repitió varias veces pero nunca pude contestar.
Luego de varios días, pude contestar la llamada, tras el teléfono una voz ronca me amenazó y me empezó a pedir dinero. Eran tiempos difíciles, en donde las extorsiones, asesinatos y los secuestros se manifestaban a cada hora del día, aparte que en esos días Guatemala acababa de recibir golpe de estado y las confrontaciones eran masivas.
Como estaba joven, compré un arma y contraté a un muchacho como seguridad, justamente el día que tenía que hacer las gestiones para mi primera importación, mi secretaria no llego puntual y yo termine muy molesto. Como a eso de las 11 de la mañana ella llegó, muy nerviosa, pálida y muy asustada, en ese momento le pregunté que tenía, y me respondió que unos hombres la interceptaron y le pidieron información mía.
En ese momento yo tenía un mensajero y una secretaria, ambos eran muy buenos trabajadores y siempre me hablaban de la biblia y el evangelio, en muchas ocasiones me invitaba a participar en su congregación. Llegué al punto de decirle a mi mensajero que si me seguía evangelizando que lo iba a despedir.
Conocí a Cristo
Fueron tantas cosas las que me atormentaban a diario, puedo mencionar; la mala vida, los problemas, el miedo, la angustia, y la desesperación me provocaron mucho estrés y cuando menos me lo imagine, en una madrugada me cayó la factura. Muy bien recuerdo que yo me levante temprano aun estaba obscuro y yo quería ir a trabajar, en ese momento mis piernas perdieron sensación hasta el punto que no las podía mover; mi esposa me llevó rápidamente al hospital y me dejaron internado.
Fueron pasando los días, fui empeorando, la sensación de adormecimiento fue subiendo poco a poco hacia mis brazos hasta que colisioné. Tenía un timbre en la mano hasta que pude apretar y me desmayé.
¿Alguna vez han escuchado sobre el túnel o la luz al final del túnel? Pues yo tuve esa desagradable experiencia, pero no fue un túnel, yo sentí que caí en un agujero, el lugar apestaba fuertemente. En ese momento comprendí que algo había pasado y me recordé de mi mensajero y de mi secretaria. Clamé con todas mis fuerzas a Dios, le pedía otra oportunidad, me atormentaba al imaginarme que iba a dejar a Karin y a Chepito quienes son mis dos hijos mayores y en ese momento estaban muy pequeños, tuve después n la sensación de gritar pero a la vez ahogarme, y me desperté.
Estaba en brazos de mi esposa, ella lloraba profundamente y me sostenía, mi mensajero y mi secretaria estaban en la habitación orando y leyendo la biblia, mi mano estaba entumecida con el timbre agarrado, mientras las enfermeras hacían lo que podían para quitármelo.
Finalmente regresé a mi hogar con mi familia, cuando llegamos se nos había olvidado comprar algunos medicamentos; mi esposa y los guardaespaldas regresaron a comprarlos. Cuando llegaron de regreso, entraron agitados y me dijeron: nos robaron el carro. Y enseguida le reclamé al guardaespaldas que había pasado, y que porque no se defendió y usaron el arma para dispararles. Y me respondió; Don José, sus hijos estaban ahí, ellos eran 4 y todos estaban armados. En ese momento me senté y me puse a pensar que metalizado estaba, pues Dios me había dado otra oportunidad y yo seguía ahí con ganas de vengarme y hacer mal.
Cuando me recuperé, busque a mi mensajero y le dije que quería ir a su congregación; fui y mientras escuchaba la predica del pastor, yo me impacte, sentí que ese mensaje era dirigido hacia mi vida. Ese mismo día cuando sentí estaba enfrente llorando postrado, entregando mi vida a Cristo, mire hacia un lado y ahí se encontraba mi esposa y mis hijos.
“siempre amé a mi esposa, sabía que era la mujer de mi vida, a pesar que yo fui al inicio un mal hombre ella supo soportarme y apoyarme en las buenas y en las malas”.
Mi vida con El
Hace ya 43 años que empecé esta aventura de Motoshop VRC, y 35 años de haber aceptado a Cristo, no voy a decir que la vida ha sido fácil, me ha tocado duro, hemos sobrevivido ante varias crisis en la empresa y gracias a Dios tenemos presencia en Centroamérica y es ahí cuando te das cuenta que cuando caminas por el camino correcto, uno tiene la bendición de Dios y Él nos da la fuerza que necesitamos para afrontar cada etapa de la vida.
Cuando tu trabajo te apasiona no importa trabajar 12 horas y al salir sales silbando.
Y fue así como se llevó a cabo el desayuno con el testimonio de Don José Villeda, mismo que dejo impresionados a todas las personas que tuvieron la oportunidad de escucharlo y reflexionar mientras meditaban del testimonio.
Los miembros de ACDC Biker sorprendieron al señor Villeda con un rico pastel cortesía de ACDC y Pasión por las Motos, en donde se aprovechó para cantarle las mañanitas y celebrar todos juntos este grandioso día.